Un policía murió y otros tres resultaron heridos en la explosión de una mina en Pakistán, que tuvo como objetivo una caravana de embajadores, entre ellos diplomáticos portugueses, que no resultaron afectados.
La caravana, que incluía al embajador ruso y a diplomáticos portugueses, iraníes, turcomanos, tayikos, kazajos, bosnios, zimbabuenses, ruandeses y vietnamitas, se encontraba en Malam Jabba, en el valle de Swat, en Khyber Pakhtunkhwa, en la frontera con Afganistán, cuando fue alcanzado por la explosión.
“Un policía murió a causa de sus heridas y otros tres resultaron heridos durante este incidente”, dijo el jefe de policía de Swat, Zahidullah Khan, asegurando que los diplomáticos viajaban en un vehículo que no fue alcanzado.
Interrogado sobre este asunto por la agencia Lusa, el Ministerio portugués de Asuntos Exteriores está recopilando información sobre el estatuto de los diplomáticos nacionales.
“Los diplomáticos viajaban en un convoy policial y el vehículo que iba delante fue alcanzado”, explicó Khan.
Los diplomáticos participaban en un viaje organizado por Islamabad y la Cámara de Comercio de Swat para promover el comercio local, conocido por su artesanía y piedras preciosas.
“Ningún diplomático resultó herido en el incidente”, aseguró Khan.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán aseguró que los diplomáticos regresaron sanos y salvos a Islamabad y dijo que estaba “decidido a combatir el terrorismo”.
La embajada rusa en Islamabad confirmó en la red social Telegram que su embajador se encontraba en la caravana cuando un vehículo que escoltaba a la delegación pasó por encima de una mina.
El ataque no ha sido reivindicado hasta el momento, pero la región es un bastión de los talibanes paquistaníes (TTP), entrenados para el combate en Afganistán y que defienden la misma ideología que los talibanes afganos.
De 2007 a 2009, este movimiento fue responsable de la muerte de miles de civiles, habiendo tomado el control de varias zonas antes de ser repelido por el Ejército.
Hoy mantienen células durmientes e Islamabad acusa a los talibanes en el poder en Kabul de no eliminar a los militantes que se refugiaron en su suelo afgano para preparar ataques contra Pakistán.
El gobierno talibán niega estas acusaciones, pero las relaciones entre Islamabad y Kabul se han deteriorado por esta cuestión.
