IL solicitará un conjunto de audiencias parlamentarias sobre TAP, que incluyen a Mário Centeno, David Neeleman, José Sócrates y Pedro Nuno Santos, y consideró que el ministro Pinto Luz se encuentra en una situación de fragilidad política.
Estas posiciones fueron transmitidas a los periodistas en la Asamblea de la República por el presidente de la Iniciativa Liberal, Rui Rocha, tras la publicación del informe de la Inspección General de Finanzas (IGF) sobre la auditoría de las cuentas de TAP.
Para Rui Rocha, el actual ministro de Infraestructuras y Vivienda, Miguel Pinto Luz, que era secretario de Estado de Infraestructuras, Transportes y Comunicaciones cuando se privatizó TAP en 2015, “no tiene las condiciones ideales para seguir el proceso de privatización” de esta empresa. “Es un proceso importante, es uno de los expedientes más importantes del Ministerio”.
Cuando se le preguntó si Pinto Luz debería renunciar ahora, el presidente de IL respondió: “El problema es su fragilidad política”.
“¿Cómo vas a llevar un proceso de esta naturaleza, sabiendo que estabas liderando un proceso que se dio después de que el Gobierno [chefiado por Pedro Passos Coelho, em 2015] habiendo perdido su legitimidad política, ¿cuándo fue la otra privatización y cuando obviamente estamos investigando cuestiones y responsabilidades?”, se preguntó.
Ante el informe de la Inspección General de Finanzas (IGF) sobre la auditoría de las cuentas de TAP, IL insiste en la reprivatización de la aerolínea, sostiene que “aún quedan cuestiones por investigar” y solicitará una serie de audiencias sobre ” cuatro períodos” diferentes aspectos de la gestión de la empresa, comenzando con el “negocio VEM”, cuando José Sócrates era primer ministro, y continuando con “el momento de la privatización de TAP llevada a cabo por el Gobierno de Passos Coelho”, en 2015.
IL también quiere aclaraciones sobre “los 55 millones que se entregaron en la nacionalización de TAP” realizada posteriormente, durante el gobierno de António Costa, y sobre “un conjunto de contratos aparentemente simulados que servirían en el período comprendido entre 2016 y 2020 para eximir a ciertos miembros de la gestión de las cotizaciones e impuestos de la Seguridad Social por parte de TAP”, añadió Rui Rocha.