— ¿Van a la manifestación?, nos pregunta el conductor del auto que pedimos que nos llevara a la Alameda.
— Sí, pero en el trabajo, como periodista.
— La manifestación es contra gente como yo, ¿no?, pregunta Farid, un bengalí de 50 años residente en Portugal desde hace siete años. Y él mismo responde:
— Sé que lo es. Incluso se pueden cerrar fronteras, o estar más controlados, pero cuidado, portugués, porque la economía no aguantará.
Nada más llegar a la Alameda D. Afonso Henriques, donde está prevista la manifestación contra la “inmigración descontrolada”, que es el nombre oficial, encontramos a un grupo de Vila Nova de Gaia hablando de etiquetas, injustas, dicen, que los medios de comunicación y “la izquierda” imponen a los partidarios de Chega.
“No es una cuestión de racismo”
“No es una cuestión de racismo, es una cuestión de ser un país con recursos limitados, que no puede satisfacer nuestras necesidades y mucho menos acoger a los demás”, afirma Marta Marques, de 33 años, que regenta una tienda de electrodomésticos en Vila Nova de Gaia. donde es pareja de su padre, quien también está aquí este domingo. “Portugal también es un país de emigrantes y necesitamos gente, pero sólo podemos recibirla con condiciones, no tienen por qué venir aquí y quedarse sin techo”, dice Marta.