El mayor asalto militar de Israel en dos décadas en la Cisjordania ocupada ha entrado en su tercer día y el ejército, acompañado de excavadoras, ha dejado un rastro de destrucción después de disparar munición real y gases lacrimógenos.
Al menos tres personas murieron la madrugada del viernes después de que las fuerzas israelíes atacaran un coche en la aldea de Zababdeh, al sur de Jenin.
El ejército israelí afirmó que uno de sus aviones había “atacado a un escuadrón terrorista” allí tras un “enfrentamiento con las fuerzas de seguridad”. Las imágenes del momento del ataque mostraban un coche envuelto en llamas.
El Batallón Jenin de las Brigadas al-Quds, el brazo armado de la Jihad Islámica Palestina, dijo anteriormente que sus combatientes participaron en “feroces enfrentamientos” con soldados israelíes en Jenin.
Entre los muertos, según el ejército israelí, se encontraba Wissam Ayman Hazem, jefe de Hamás en Yenín. Las Brigadas Qassam, el brazo armado de Hamás, confirmaron su muerte.
La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina dijo que las fuerzas israelíes impidieron que las ambulancias llegaran al lugar del ataque, según la agencia de noticias palestina Wafa.
Las fuerzas israelíes se retiraron el jueves por la noche de la ciudad de Tulkarem y sus dos campamentos de refugiados después de una operación de 48 horas que mató a cuatro personas e infligió una destrucción generalizada a propiedades e infraestructuras civiles.
Informando desde el campo de refugiados de Nur Shams, Nida Ibrahim de Al Jazeera dijo que los equipos de Defensa Civil Palestinos estaban tratando de reparar algunos de los daños causados por el ataque israelí y que las carreteras destruidas complicaban cualquier movimiento.
“Si los palestinos arreglan una línea de agua aquí, una línea de electricidad allá, las fuerzas israelíes podrían regresar muy pronto para arruinarlos nuevamente”, dijo, y agregó que “los palestinos dicen que Israel quiere asegurarse de que sus vidas, particularmente en los campos de refugiados, se compliquen más, sin darles otra opción que irse”.
Las fuerzas israelíes también se retiraron del campamento de refugiados de Far’a, al sur de Tubas, donde cuatro personas murieron y fueron destruidas propiedades e infraestructuras civiles.
El jefe de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, dijo que tuvo que suspender los servicios a las comunidades en varios campamentos de Cisjordania debido al ataque israelí.
Aunque en Jenin, Tulakrem y Tubas (todas ellas ciudades del norte de Cisjordania) se han producido los peores hechos de violencia, las fuerzas israelíes también han atacado otros lugares, como Nablus y el cercano campo de refugiados de Balata, la ciudad de Anabta, al este de Tulkarem, la aldea de Husan, al oeste de Belén, y zonas de la gobernación de Hebrón.
El ejército israelí realizó al menos cinco arrestos cerca de Hebrón y Ramallah, informó Wafa el viernes.
Según las autoridades sanitarias palestinas y los grupos de derechos humanos, al menos 20 personas, incluidos niños, han muerto desde que comenzó la incursión israelí el miércoles. El ejército israelí afirma haber matado a 12 combatientes palestinos.
El ejército israelí afirma que sus ataques son contra miembros de grupos armados y que soldados israelíes y combatientes palestinos han intercambiado ataques en varios lugares.
Sin embargo, los residentes afirman que los soldados israelíes están atacando deliberadamente los campos de refugiados y destruyendo también carreteras e infraestructuras. Algunos temen que la estrategia a largo plazo sea expulsar a los palestinos de sus propias casas.
“Los israelíes están creando un ambiente que empuja a la gente a irse, destruyendo la infraestructura casi por completo y cortando la electricidad y el agua; quieren dejar a la gente sin nada para que al final no tengan otra opción que irse por su cuenta”, dijo el activista Hussein al-Sheikh Ali a Al Jazeera en Tulkarem.
Pero Ibrahim, de Al Jazeera, también dijo: “La gente habla mucho de desafío. Dicen que saben que las fuerzas israelíes quieren hacerles la vida más difícil… y que es exactamente por eso que están aquí para quedarse”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Israel Katz, pidió el miércoles la “evacuación temporal” de los palestinos de Cisjordania para luchar contra los grupos armados allí, una declaración que, según advierten los activistas, podría allanar el camino para que el territorio corra un destino similar al de Gaza en términos de enorme destrucción y desplazamiento.
