Francisco se reúne con funcionarios y dignatarios locales en una ciudad-estado afluente al final de su gira por Asia Pacífico.
El Papa Francisco, de visita en Singapur, advirtió de los efectos negativos de la inteligencia artificial (IA) en la sociedad y pidió salarios “justos” para los trabajadores migrantes.
Los comentarios del jefe de la Iglesia Católica se produjeron el jueves cuando la ciudad-estado de alta tecnología se convirtió en su última parada en una gira de 12 días por Asia Pacífico.
Los avances tecnológicos corren el riesgo de aislar a los individuos y colocarlos en una falsa realidad, afirmó Francisco, y agregó que la IA debería usarse para acercar a las personas y promover la comprensión y la solidaridad dentro de la sociedad.
También advirtió que la IA no debe hacer que la gente olvide lo que es importante: las relaciones humanas.
No es la primera vez que el pontífice de 87 años se pronuncia sobre la inteligencia artificial. En junio, pidió la prohibición de las “armas autónomas letales” durante un discurso ante los líderes del Grupo de las Siete principales democracias industriales en la cumbre del bloque celebrada en Italia.
En el afluente Singapur, Francisco también hizo un llamado para que los trabajadores extranjeros reciban salarios justos, diciendo que se debería prestar “especial atención” a la “protección de la dignidad de los trabajadores migrantes”.
“Estos trabajadores contribuyen mucho a la sociedad y se les debe garantizar un salario justo”, dijo en un discurso ante líderes políticos y dignatarios locales.
La mano de obra barata ha sido fundamental en el rápido crecimiento de metrópolis brillantes como Singapur.
Según datos del gobierno de diciembre de 2023, había 1,1 millones de extranjeros con permisos de trabajo en Singapur que ganaban menos de 3.000 dólares singapurenses (2.300 dólares) al mes.
La cifra incluye a 286.300 trabajadores domésticos y 441.100 trabajadores de los sectores de la construcción, los astilleros y la industria manufacturera. La mayoría de ellos proceden de Bangladesh, China, la India, Malasia y Filipinas.
Los defensores dicen que carecen de protección adecuada contra la explotación y a veces soportan malas condiciones de vida, acusaciones que el gobierno niega.
Una ONG de Singapur que brinda servicios a trabajadores migrantes, la Organización Humanitaria para la Economía de la Migración, acogió con agrado los comentarios del Papa y dijo que estaban “totalmente de acuerdo” con su pedido de salarios justos.
Según la Organización Internacional del Trabajo, se estima que hay 170 millones de trabajadores migrantes en todo el mundo, alrededor del 5 por ciento de la fuerza laboral mundial.
Singapur es la última etapa de la frenética gira del Papa, que lo llevó a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental. En Timor Oriental, celebró una misa para 600.000 fieles, casi la mitad de la población del país.
Según el Vaticano, de los casi seis millones de habitantes de Singapur, unos 176.000 son católicos.
Se esperaba que una gran multitud en el Estadio Nacional de Singapur atrajera a unas 55.000 personas el jueves por la tarde.
Desde afuera del lugar, Patrick Fok, de Al Jazeera, dijo que los católicos en Singapur estaban “simplemente emocionados y eufóricos” de recibir al Papa.
Agregó que personas de toda la región habían viajado a la ciudad-estado para la ocasión, incluidos Malasia, Vietnam y Filipinas.
Francisco regresa a Roma el viernes.
